Chocolate
sábado, 18 de mayo de 2013
Las charlas con María* habían sido bastante picantes desde que nos habíamos conocido. Y por WhatsApp aún más picantes, hablando de corsés, sexo con los ojos vendados... María es una chica pícara, cara dulce que camufla a la perfección la mujer morbosa que hay detrás.
- Quiero chocolate, me dijo María por WhatsApp
- ¿Por goloseo o como sustituto del sexo?
- ¡Qué manía con separar chocolate y sexo! Con lo bueno que es mezclarlos...
- Si eso crees, tengo unos bombones de chocolate negro geniales en casa. Y algo de helado
- No lo digas dos veces, no me piques, hoy no...
- Vente a casa...
Y eso hizo. Vestía con unos leggins negros (y ya se sabe, los borrachos y los leggins dicen siempre la verdad...) y un corsé que realzaba un pecho que me volvía loco desde la primera vez que la vi con escote. Poco maquillaje, solo los labios pintados de rojo.
-¿Dónde están esos bombones? Pregúntó.
Cogí uno de los bombones de chocolate negro y lo llevé a mis labios. Ella se acercó a mi y lo cogió de mis labios con los suyos, para darme un beso después. Agarré su trasero para abrazarla y hacerle pegarse aún más a mi, y que notase a través de mis pantalones de vestir la erección que ya iba teniendo. Desplacé la mano del culo a su entrepierna, y através de los leggins se notaba el calor y la humedad. No pude resistir la tentación de arrodillarme delante de ella para quitarle los leggins y comenzar a besar los muslos, y disfrutar del tacto del culotte de encaje totalmente empapado.
-¿Y el helado de chocolate que me prometiste?
La empujé hasta mi habitación, donde estaban las cintas negras para vendarla los ojos y atar sus muñecas a la cama. Me alejé de ella para contemplarla: morena, con su corsé negro y el culotte mojado, los labios rojos y las cintas rodeando sus muñecas y sus ojos, era una imagen muy erótica, que pedía a gritos una foto. Me quedé contemplando un rato, antes de ir a por el helado de chocolate. No hablaba, pero estaba impaciente. Frotaba un muslo contra otro y se mordía el labio. Estaba esperando y deseaosa...
Me senté a su lado y acaricié con mi mano su pierna, ascendiendo poco a poco por sus piernas, separándoselas, hasta llegar a su mojadísimo sexo. Dejé caer algo de chocolate en sus labios. Lo saboreó con la lengua provocándome, como si hubiera chupado el glande de mi pene con suavidad. Así que ni corto de perezoso cogí un poco de helado con la cuchara y la puse en la punta de mi pene, y a continuación lo llevé hasta su boca. Empezó a chupar con suavidad y luego con más ansia, con más ganas. Empecé a masturbarla mientras ella movía la cabeza para comerme la polla en profundidad. Me estaba volviendo loco y la dejé comer, hasta correrme en su boca. Me tumbé a su lado y la besé largo... mientras mi mano iba desabrochando su corsé para dejar sus pechos al aire. Ahora había llegado mi turno de disfrutar de su cuerpo.
Dejé caer algo del ya medio derretido helado en su pezón. El frío la hizo reaccionar inmediatamente, así como el calor de mi boca y mi lengua chupando su pezón. Continué vertiendo chocolate en las piernas y los muslos, cada vez más cerca de su sexo, hasta llegar a él. Me tumbé entre sus piernas y comencé a comerle el coño mientras le masturbaba vaginalmente. Intenté introducir un dedo en su culito cuando dijo entre gemidos "nadie me ha tocado ahi...". Lubriqué bien el dedo y continué comiéndo su coño y masturbandola anal y vaginalmente. Gemía como no había gemido en toda la tarde "joder, joder joder, esto no lo había sentido antes" balbuceó. Sus piernas temblaban anunciaban que su orgasmo se aproximaba, así que continué comiendo y moviendo mi mano masturbándola mientras apretaba mi cabeza con sus muslos la oía llegar al orgasmo.
Le quité la venda de los ojos, mientras me decía un "Cabronazo, en cuanto se te ponga dura otra vez me follas..."
* (disculpad que llame a todas las chicas María, es un nombre muy común y ellas prefieren no salir con el nombre real)