La realidad a veces supera la ficción

jueves, 25 de septiembre de 2008

Llegaba de fiesta a casa. Había sido una noche tranquila en casa de unos amigos. Aparqué el coche y me bajé. Sonó el teléfono, llamada oculta. Descolgué y oí unos gemidos al otro lado. 'Se ha equivocado -pensé- está llamando a su novio y se ha equivocado de numero'. Colgué. Volvió a llamar y volví a oir los gemidos, los jadeos. Sí, sin duda era una mujer masturbándose. Colgué una vez más.

Subí a casa. Volvió a sonar el teléfono y volví a contestar. Esta vez me quedé escuchando. Respiración entrecortada, gemidos, 'síes', 'ohhhh', y otras palabras pronunciadas a media voz, casi susurrando. Seguí escuchando. Era una voz femenina, suave, joven... muy excitada, cada vez más... hasta que su voz se fundió con un orgasmo con un 'oh dioooooooossss' y entonces el silencio.

Yo estaba expectante, excitado, dudando si unirme o no a la fiesta con el pantalón próximo al reventón... cuando la voz surgió y me saludó por mi nombre. '¿Hola X, cariño, te ha gustado? soy Y.Z.Z., me diste clase de matemáticas, ¿me recuerdas?'

Sí, claro que la recordaba. Fue aquella alumna descarada que con 15 años se acostaba con dos de mis mejores amigos y me provocaba a mi para que lo hicieramos. Era dificil preparar los exámenes de septiembre con sus escotes, sus faldas, sus tangas... (o no-tangas), sus transparencias que dejaban poco a la imaginación.

'Sí, claro que recuerdo a Y.Z.Z., ¿cómo la conoces? ¿cómo sabes que le daba clases de esas asignaturas para sus exámenes de septiembre?' Tenía que ser una broma. No era posible que DOS alumnas, ex alumas, quisieran algo. Una es un sueño erótico hecho realidad. Dos... 'Lo sé porque soy ella, vente a casa, únete a la fiesta' y colgó.

Me quedé sentado en la cama, sin atrever a moverme, sin decir nada... acariciándome... y sin salir de casa para ir a buscarla.

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Entre Webmasters* anda el juego

martes, 16 de septiembre de 2008

*Realmente entre un webmaster y una webmistress

Hacía mucho tiempo que leía tu web. Había visto tus fotos, había fantaseado con tus relatos... Y me dabas mucho morbo. Estaba esa foto, especialmente ESA foto. Era verte en ella y mi cuerpo reaccionaba instintiva e instantaneamente.

Después abrí estas páginas virtuales que lees ahora.

Un día me llegó un correo electrónico tuyo. Fue en el que me confesaste que me leías, y que te excitabas leyendome. Me escribías sin saber que este yo que muestro en esta página es exactamente el mismo yo que tú conocías del correo electrónico y del messenger. Me contabas como te gustaba leerme antes de dormir cuando estabas sola y cómo te mojaba el solo leer. Incluso me relatabas cómo ibas tocándote y cómo ibas perdinedo la ropa según avanzaba la lectura del relato.

En otro correo me contabas que le habías pasado el enlace a tu compañera de piso y que ella y su novia lo leían en su cuarto antes de follar, y que en ocasiones tras leerlo oías sus jadeos, sus gemidos, y entonces te unías tú silenciosamente a la fiesta imaginando que tus manos eran las mías y que recorría rincón a rincón tu piel.

En el siguiente mensaje que me llegó a mi buzón fuiste mucho más atrevida. Me mandaste una foto, una inédita, no publicada en ninguna web. Me gustó mucho, por un lado. Por otro sentía la necesidad de decirte que era yo. Podía haber seguido el juego, haberme callado, no haberte dicho anda, e intentar que las siguientes fotos fueran más y más atrevidas. Pero opté por ser sincero y contártelo.

Creí que te lo tomarías a mal, pero te gustó. Te gustó que fueran míos estos relatos, te gustó saber que era conmigo con el que habías fantaseado tantas veces. Y te gustó la idea de quedar un día y conocernos. Pero tú tenías novio... y no querías serle infiel, ni yo que lo fueses. Y con el calentón que llevábamos encima ambos iba a costar trabajo no rozarnos.

Seguimos leyéndonos, seguimos fantaseando con las manos del otro, y seguimos masturbándonos pensando en el otro. Y seguimos leyéndonos y mezclando esa relación de amistad normal y corriente con darnos tanto morbo el uno al otro y fantasear...

Finalmente la curiosidad pudo más que la precaución y quedamos para tomar un café. Llevabas la misma ropa que en 'esa' foto, y debajo de la ropa no llevabas la misma ropa que en la foto... Yo iba aún 'disfrazado', pues iba directo desde el trabajo: traje y la corbata... en el bolsillo.

Charlamos, reímos, nos pusimos al día de nuestras vidas, se nos hizo tarde, bebiste más de la cuenta y fuimos a mi casa que estaba más cerca. Tenía tres habitaciones vacías, podías dormir sin problemas en una de ellas, pero tal y como estabas no podía dejarte conducir.

Habíamos evitado cualquier tema sexual para evitar tensiones y situaciones no deseadas, o deseadas pero que no debían llegar a suceder. Subimos a casa y te cedí una de mis camisetas a modo de camisón. Nos despedimos con dos besos castos y nos fuimos a la cama. Yo en ella no podía dejar de pensar en tí, en que te tenía en la habitación de al lado. Necesitaba acariciarte, necesitaba besarte... encendí el ordenador y abrí tu web en mi explorador. Leí una vez más tu último relato y vi tus fotos. Empecé a acariciarme las piernas, acercándome poco a poco a los genitales.

Me asusté al oir un ruido en tu habitación y me puse el pantalón del pijama con urgencia. Me dirigí a tu habitación, puerta entre abierta, y me asomé. Estabas sentada en la cama, desnuda de cintura para abajo y con mi camiseta puesta. Apoyada la espalda en la pared, recorrías lentamente con tus manos tu cuerpo. Con el dorso de la mano el cuello, deslizándose suavemente hacia el sur, cambiándo a la llema de los dedos al llegar a tu pecho, y siguiendo así hasta tus piernas separadas, primero el exterior de los muslos, después el interior, recorriéndolas de abajo a arriba hasta tu sexo.

Levantaste la mirada, habías notado mi respiración entrecortada por la excitación. No te avergonzaste, no paraste, continuabas con tus caricias y tu juego particular, mirándome a los ojos invitándome a que me uniera.

Leí tu pensamiento. No sé como te sentirías de culpable a la mañana siguiente, pero en ese momento no te parecían cuernos el vernos cómo nos masturbábamos, como si estuviéramos viendo una película porno, como si yo fuera tu película de aquella noche y tú la mía, que al fin y al cabo, era lo que íbamos a hacer.

Me quité la camiseta y el pantalón, quedando desnudo a tu vista. Jugaba a ser tu espejo, así nos acariciamos simultáneamente la oreja con la llema de los dedos, el cuello con el dorso de la mano... el pecho con la palma de la mano... y de ahí continuamos con el juego de manos hacia el vientre. Tú sentada podías llegar al interior de las piernas... yo en pié acariciaba los testículos masajeándolos mientras tu ibas acercando tus manos hacia la entrada de tu sexo...

Mis ojos seguían los movimientos circulares de tus dedos y me volvía loco esperar a que introdujeras tus dedos. Finalmente, mientras te chupabas el índice y el anular de la mano izquierda te masturbabas con la derecha, introduciendo primero uno y después dos. Yo por fin pasé a acariciar mi pene.

Alcancé el orgasmo y manché tus sábanas con mi semen. Tú mientras seguías tocándote, acercándote poco a poco, y yo mirándote embobado desde la puerta. Estabas preciosa...

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Y después de aquella sesión de fotos... nos volvimos a encontrar

viernes, 12 de septiembre de 2008

Photobucket



Hacía tiempo que no nos veíamos. No desde aquella sesión de fotografía con ella y su amiga. Lo reconozco, fue divertido, mucho, pero después de aquello me costaba mirarla a la cara.


Quedamos para tomar un café. Era verano, hacía calor, así que escogí una camisa de manga corta y un pantalón de vestir. No suelo ir tan formal vestido, pero esos pantalones dan poco calor... y qué diablos, me sientan de lujo. Ella bajó con un vestido blanco, por encima de la rodilla, escote triangular bastante pronunciado, y un pañuelo atado a la cintura. Tenía una apertura lateral un tanto atrevida. Se sentó en el coche y nisiquiera me dio dos besos, empezó a hablar.

-He estado pensando en lo del otro día. No quiero que te sientas incómodo. No lo planeé. Pero fue... divertido. Creo que no solo no deberíamos sentirnos incómodos, si no que además deberíamos explotar esa puerta que abrimos el otro día...

Y me besó en las mejillas no... un beso en los labios, con lujuria, con deseo...

-¿Nos vamos?

Arranqué el coche y puse rumbo a una cervecería. No suele haber demasiada gente, y tiene un par de rincones discretos. Entramos. La dejé pasar delante y se quitó el pañuelo. Era uno de esos vestidos que se pega a cada una de las curvas, de los que hay que escoger con cuidado qué poner debajo porque se marca todo... y curvas tenía aquella chica para dar y tomar. No llevaba sujetador...

Nos sentamos en una mesa. Un rincon tranquilo, no demasiado visible desde el resto del bar, que hacía forma de L, al fondo, detrás de una columna simulada, o mejor dicho, entre dos columnas simuladas.
-Te has fijado a que sí. Eres muy observador. Ya sabes que no llevo sujetador. ¿Te ha dado tiempo a mirarme el culo antes de que nos atendiera el camarero? A él sí, he visto en el espejo como me miraba. Este vestido marca todo lo que lleves debajo, asi que he cogido el tanga más pequeño que tengo... esperando que no se marcase mucho. Pero tiene un brochecito atrás... y se me marca. Supongo que ya te habías dado cuenta...

Se acercó para decirme ese ya te habias dado cuenta al oído. Se acercó mucho. Puso mi mano en su cintura para que notase el delgado hilo y movio su mano hacia atras, hasta el broche.

-¿Me esperas aqui? No quiero que esto se me marque más, voy al baño a quitármelo, quiero evitar miradas indiscretas...

Jugaba. Sabía jugar. Cada movimiento, cada acercamiento estaba estudiado para excitarme.

Volvio, yo estaba sentado. Se agachó para decirme al oido 'Ya no llevo bragas...' mientras aprovechaba para dejarlas caer sobre mis piernas... y ofrecer un gran espectáculo al camarero, que la mirana desde atrás...
Se sentó a mi lado, hablábamos, siempre que podía se acercaba a distancia de beso. Se inclinaba para dejarme ver sus pechos...
-¡Vamonos! Quiero un poco de sexo
Se levantó y me dejó en la mesa pagando. Dejé el precio de la consumición y más, salí corriendo detrás de ella y sus contoneos que se alejaban entre las mesas
Subimos al coche, me encaminé a casa, pero me pidió que no fuese por el camino corto, que entrase por la carretera del monte, que había menos tráfico.
Tan pronto salimos de zona urbana empezó a acariciarse sobre el vestido.
- ¿Te gusta eh? No mires, que nos estrellamos, tu solo mira adelante... bueno, no seré mala del todo, mete tercera y préstame tu mano derecha.
Cogió mi mano derecha con esas manos pequeñas, suaves, la apoyó en su pecho y gimió levemente con el contacto. Tenía los pezones duros... bajó con su mano la mía a través de su curvilínea geografía hasta llegar a las rodillas. Subió mi mano hacia arriba, hasta que se enganchó con su vestido. Siguió subiendo su mano hacia arriba, y con ella el vestido, hasta llegar a su sexo...
- ¿Esto es lo que quieres verdad? Toca, siente como estoy...
Para ahí, entre esos árboles, no quiero seguir hasta tu casa, está lejos, ¡te necesito ya! y aquí es más morboso
Aparqué mi coche entre dos árboles. Nos daban sombra, y una intimidad relativa, podían vernos desde cualquier sitio. Se bajó del coche y yo detrás. Dirigió su mano directamente a mi pene y su boca a mi oído.
-Estás a punto de explotar, hay que relajar esta tensión un poco o no me vas a aguantar nada...
Desabrochó mi pantalón y se arrodilló. Masajeaba con una mano mis testiculos, besaba, lamía el glande antes de engullir golosa todo el pene, sin darme respiro, hasta hacerme explotar...
-Ummmm sí, por fin, ya te has relajado, ven, bésame.
Nos besamos, apoyé mis manos en sus caderas y las bajé poco a poco para poder subir su vestido. Baje mis labios a su cuello a su pecho. Quería deborarla, seguí bajando a sus piernas su muslo de vuelta hasta arriba de nuevo y llegar a sus labios.
-Ven, me llamó. Abre el maletero. Tiene la altura exacta y lo llevas vacío.
Abrí el maletero, se sentó. me colocó delante de ella y me hizo arrodillarme. Se tocaba, me gustaba ver como se acariciaba el pecho y se masturbaba con la otra mano. Comencé por besarla en la rodilla, otro beso a media altura del muslo, otro más arriba, y empecé a acariciar con mi lengua su sexo.
-¡Eso me gusta, pero mete algún dedo!
Seguí deleitándola con mi lengua en su sexo y dos dedos dentro de él, doblados hacia arriba, acariciando cierta zona rugosa en su interior...
-Mete tres dedos cabrnnnn
No llegó a articular el insulto, se desacía. Notaba el movimiento de sus caderas, de sus piernas. Metí 3 dedos y movía ella sola la cadera como para follarlos. Sabía que me había dicho alguna vez que le gustaba masturbarse analmente con un dedo. Metí uno y creí que iba a llegar al orgasmo. Me separé para ver el espectáculo, y era excitante, morboso. Probé a masturbarla analmente con dos dedos, ella siguió acariciándose el pecho y masturbándose, creí que los gemidos y los gritos podrían oirse desde mi casa...

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El Plan Perfecto (II)

lunes, 8 de septiembre de 2008

Fue divertido. Y la tenía casi donde quería. Ahora tenía que dar los siguientes pasos.

Hablé con él. 'Oye tú, a tí mi amiga ... te da morbo, ¿no? reconocelo, te la cepillarías si pudieras' Se puso rojo y dijo que no, es decir, sí. Bien, ya tenía todos los ingredientes. Solo me faltaba mezclarlos convenientemente.

Al día siguiente ella me dió la solución. 'Oye, conoces las webs esas en las que chicos y chicas mandan fotos para que les vean, ¿a qué si?' Me hice la loca, yo, conocer, usuaria habitual y exhibicionista en dos o tres iba a conocer como funciona, por favor, ¿yo? no se como va eso... 'No, no sé cuáles son'. 'Pues mira, hay chicos y chicas que se ponen ahí en plan provocativo, o desnudos, o follando, y mandan la foto para que les vean todos. Quiero que me vean, leer lo que me dicen, saber que tengo un cuerpo bonito y que les excito aún'.

¡Hecho! solo tenía que hablar con él para que hiciera de fotógrafo. Unas fotos a ella, unas fotos a mí, ahora algo menos de ropa, ahora un traguito, ahora menos ropa, ahora otro trago de alcohol... y todo listo. 'Oye, ven a mi casa y nos las hacemos, yo también, tiene que ser morboso'. Anzuelo lanzado... ella contestó 'Ya, y hacernos las fotos nosotras... ya que estamos que sea un tío, para darle variedad... ¡¡qué gano yo con que me veas desnuda tu!!'. Bien... me lo ponía fácil.

Hablé con él. Le pedí que nos hiciera unas fotos, y también me lo puso fácil. Creí que opondría más resistencia, pero... no. Así que el siguiente viernes en mi casa estaba todo preparado. En mi cama solo las sábanas, unas de raso, así quedarían mejor las fotos. Pasamos al comedor, tomamos unas copas, hablamos, charlamos. Creo que él había cogido el juego rápido, rellenaba continuamente el wishky de ella. Una y otra vez... bebió como nosotros dos juntos. Él me guiñó el ojo, 'Esto es lo que querías no, ¿verdad? ella borracha, primero fotos, luego caricias, y después a la cama. Cariño... dudaba si era este o no tu plan, pero la preparación de tu habitación me ha confirmado todo'.

'Oye, te importa esperarnos aquí, vaos a cambiarnos, he preparado algo de ropa', le ordené indirectamente... Me la llevé a la habitación. 'Mira que eres guarra, me has traido a mi profesor, no se si voy a aguantar así con poca ropa y él delante'. Bueno, de momento ponte esa falda, quítate el sujetador... ¿qué tanga traes? Yo me desnudé por completo. Escogí de mi armario un fular enorme. No iba a necesitar más que el fular, con él podía destapar o tapar lo preciso. Para ella había escogido una falda corta, muy corta, y una blusa. Sin sujetador, mejor. Ella llevaba un tanga blanco, muy sencillito, pero pequeñito. Con la excusa de verlo más de cerca la llamé para que se acercase y pude tocarlo. Ummm que ganas de meter ahí los dedos y la lengua... y ella protestó 'Oyé! me vas a meter mano o qué'. Solo estoy viendolo, meter mano es esto otro. Aparté el tanga y metí uno de mis dedos. Estaba humeda. Lo saqué rápido, aun no era momento... '¡Eh! sin pasarte, saca la mano de ahí'.


minifalda


Salimos. Empezaron las posturitas, ella contra la pared, de espaldas. Yo contra la pared, con el fular sujeto en plan mantón, caido, tapándome solo el culete. Venga, ahora abre un poco más la blusa, así... que se te vea desde arriba bien. Él iba haciendo todas las fotos que podía, yo iba aprovechando a tocar todo lo podía con la excusa de colocarla. Ahora la cintura, ahora el cuello, ahora el pecho. Calma, todo requería calma, y la cosa estaba saliendo a pedir de boca. Me puse de frente a él, tiré el fular. Ahora a por ella. Venga... fuera esa camisa, ponte contra la pared otra vez pero sin camisa, sube la falda, más, más, agachate un poco... así. De repente él habló por primera vez. 'Colócala el tanga, que parezca que se lo ha apartado para...' No le dejé terminar la frase. ¡¡Gracias!! es lo que necesitaba, esto aceleraba un poco el asunto. Se lo coloqué. Lo tenía mojado... la rocé 'como quien no quiere la cosa', y observé su reacción... me tumbé en la cama, boca arriba,
boca abajo, desde atrás...
Photobucket
'Oye, que voy a sacar unos juguetes para las fotos, darán más juego si tenemos juguetes, al menos yo me las haré con ellos'. Me tumbé, metí un poco un juguete, foto, cambié de posicón y de juguete, foto... Tenía que aguantar la tentación de dejar el juguete dentro y funcionando. Era como cuando juegas con tu pareja y tu pareja te provoca, te incita, pero no te deja coger lo que más deseas, te acerca su lengua por el vientre, pero no llega a donde quieres que llegue, te hace sufrir, poco a poco...

Ahora te toca a tí. Quitate la falda. Animé al fotografo a que le quitara la falda, y él, que no era tonto, aprovechó para quitarle el tanga. Se situó delante de ella, colocó las manos en la cintura de la falda, y tiró hacia abajo. Fué bajando poco a poco la falda, el tanga... Creí que no resistiría la tentación de lanzarse a por ella en esa posición, pero aguantó...


Photobucket


Venga, tumbate, pon la mano así, ahora te acaricias el pecho, bien así, te voy a meter el juguete que no he usado para la foto. Encendí el juguete, bien, era nuestra. Le metí el juguete, a él se le notaba considerablemente la erección. Yo no sabía si podía aguantar más.

Él rompió de repente el silencio, una vez más. 'He pensado... oye, te importa si te toca tu amiga? en las fotos quedaría bien otras manos acariciandote el pecho, o metiéndote mano, o dos bocas juntas besándose'. Dicho y hecho, él siguió tirando fotos mientras yo la besaba, mientras recorría sus pechos con mi lengua, mientras introducía mis dedos en su empapado ... mientras besaba su cuello, mientras la ponía boca abajo e introducía un consolador y un dedo en diferentes lugares... ahora me tocaba a mi. Él también estaba sufriendo, ella ya sabía como tenía que terminar aquello, ya iba siendo hora. 'He pensado que si me dejas la cámara se puede hacer alguna foto más, con tu pene y tus manos'. Repetimos la operación, la besó, la acarició, recorrió casi todo su cuerpo, hice que ella hiciera lo propio con él. Cuando fue a introducir su pene en la boca le dije que no, que estuviera quieta... (ese era mío, no suyo).

Solo un paso más, solo un pasito más... y ya estaba. 'Oye, y si saco una foto con él penetrándote?' Se desató. Hice la foto, pero ella pidió que no la sacara, que continuara. me acerqué. Ella estaba tumbada boca arriba. Él seguía con sus movimientos de vaivén mientras yo la besaba, la dejaba que me tocara, que introdujera sus dedos curiosos en donde quisiera, que tocara... Era la primera vez que tocaba un cuerpo de mujer que no era el suyo. Esa tarde la besé, la toqué, me tocó, practicó su primer cunilingus mientras era penetrada simultaneamente por un juguete y su ex profesor...

Ella cumplió su sueño... y yo el mío.

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El plan Perfecto (I)

Sus palabras aún resonaban en mi mente: quiero follarme a mi ex profesor.

¿Cómo? le pregunté. Y se destapó, como si hubieras quitado el tapón a una botella de cocacola agitada, empezó a soltar todo. 'Estoy harta de mi chico, cree que el sexo es meterla y sacarla y punto. No me acaricia, no me lo come, quiero probar otras cosas. Cuando tenía 17 me daba mucho morbo mi profe. Quiero follarmelo. Quiero probar con una chica, quiero sentir qué es que me penetren dos tíos a la vez... quiero dejar volar al putón que llevo dentro'

Hacía tiempo que yo quería probarla. Me gusta el sexo, me da igual que sea chico que chica, uno o más, simplemente me gusta. Y ella me daba morbo desde hacía mucho, pero... ¿cómo decir a una amiga quiero que me comas el coño? Esta era mi oportunidad, pero, ¿cómo?. Llegué a no dormir por la noche. Solo podía pensar en ella, en las veces que habíamos dormido juntas. En las veces que nos habíamos duchado en el gimnasio. Me imaginaba a la salida del entrenamiento, ducharnos, echarla una mano para lavar su espesa y negra melena, aprovechar el masaje en su cabeza para pegarme bien a ella e intentar pasar del pelo a los hombros, de los hombros al pecho... me mojaba solo imaginando estas escenas y tenía que recurrir a alguno de los juguetes que esconde mi mesilla. O llamar a alguno de mis amigos, de los incondicionales y pedirle que viniera a casa de forma urgente.

Me llamó por teléfono. 'Oye, tú que estás más metida que yo en esto de internet, ¿qué sabes de esos chats que tienen cam y pueden verte y puedes ver?' No podía creerla. La mosquita muerta ahora estaba sacando su cara oculta de mirona y de exhibicionista. Yo era habitual de uno de ellos, solía pasar por allí, me gustaba calentar al personal. Enciendes la cam, pones tu escote, bailas un poco, y se vuelven todos locos. Levanta la moral ver a tantos hombres con el pene en la mano solo porque piensan que tu cuerpo merece mucho la pena y les excitas. En algunos contados casos, con dos o tres, compartí algún orgasmo en privado.




Tenía que quedar con ella, acababa de tener una idea. Vente a mi casa, dije. No conozco ninguno, pero si buscamos en Google seguro que encontramos algo y nos echamos unas risas.

Vino a casa. Aproveché que hacía calor y que había confianza, y me despojé de todo lo que me estorbase. Es decir... una camiseta laaaaarga hasta la rodilla y nada más. 'Pero qué guarrona eres, cómo estás asi!? anda, que si llego a venir acompañada y te ve mi novio así...' Sabía que vendría sola. Quería morbo, y su novio es un cabeza cuadrada de mente estrecha, podía recibirla así. Y si hubiera venido con el novio... ummm mejor, hubiera intentado hacerlo con los dos. Fuimos a mi habitación, entré en goolge, hice el paripé de buscar un chat, y al final entré al mío. El nick... Diablesa, Tigresa, Mirona... ¿cuál? Lo dejé en Novatas69. El 69 añadía el toque sexual, y lo de Novatas el morboso, muchos tíos dispuestos a ayudar a dos pobres e indefensas novatillas en un chat lleno de pervertidos... Y así fue, todos dispuestos a ayudarnos. Mira que te enseño. Un privado se hace así, ves, aceptalo. Lo rechazamos 'uy, es que me he equivocado'. Mira mira, te enseño a poner la cam, pincha aquí, y si pinchas aquí me ves a mi.

Fuimos revisando todos los que había en el chat, y nos quedamos con dos o tres, uno porque estaba muy bueno, el otro solo mostraba la cara, pero tenía una cara preciosa. El último tenía un pene descomunal, había que ver si eso se levantaba...


Le quité la camiseta y la senté delante del ordenador, y comenzaron los comentarios, ella se picaba, se excitaba con lo que le decían y lo que veía. O mejor dicho, se excitaba pensando en lo que era capaz de provocar solo estando en sujetador. 'Ven aquí, tonta, le dije, ya verás ahora'. Y le quité el sujetador. Con el jiji,jaja, mira que cara pone, mira el otro, no se enteró de que les estaba provocando porque estaba sin el sujetador y yo la estaba manoseando. Empezó a excitarse. Estaba muy sensible a mis caricias. 'Esta cabrona tiene que estar mojada, pensé'.

'jajajaja - se rió- para tía que ya por hoy es bastante, ¿puedo ir al baño?' Quería desahogarse... 'Anda tontorrona, si ya nos hemos visto desnudas y todo, vas a esconderte para eso... yo pienso hacerlo ahora ahí en el sofá. Apaga la luz si quieres y así no nos vemos, ponte en el sillón'. Y eso hizo... gemía, la oía, me ponía a mil. Eres mía, pensé. El próximo paso es cepillarnos a tu profesor a medias...

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