Yo fui Becario

sábado, 4 de octubre de 2008

Si, yo fui becario. ¿Quién de vosotros/as no ha fantaseado con el becario/a o con el jefe/a? ¡Venga! ¡No me digáis que no!



Yo fui becario. Me pasaba todo el día al teléfono en el rincón más apartado de la oficina, conocido como la nevera, por el frío que hacía, cosas del aire acondicionado. Así que salía de casa en pleno mes de julio con un calor sofocante, cogía el tren y me sofocaba un poco más por la escasez de ropa femenina y llegaba al trabajo, donde me sofocaba al ver a mi jefa, con minivestido, a la secretaria con pantalón de lino... y después me sentaba en mi rincón con una chaqueta puesta, y debajo del chorro de aire frío... que hacía las veces de ducha de agua fría.



Dieciocho añitos, virgen, un saco de hormonas andante. Cada vez que la secretaria venía a mi rincón a decirme algo el frío hacía que sus pezones se endurecieran. Y mi reacción... era instantánea. Mis ojos no podían separarse de esos dos bultitos. Ella lo sabía y se divertía provocándome y jugando. Tenía apenas 19 años y había terminado el FP de administrativo no hacía mucho.



Mi jefa andaba en la treintena, morena, pelo rizado, muy rizado. Delgada, con curvas. Y sabía dónde estaba cada una de ellas y cómo sacarles provecho.



Solía venir en verano con vestidos escotados, minivestidos, vestidos vaqueros sin mangas y una cremallera de arriba a abajo. Cada vez que salía del despacho yo aprovechaba mi amplia visión del pasillo para verla andar y volver. Le gustaban la ropa interior de encaje o prescindir de ella...



Había un vestido amarillo que me traía loco. Corto, con vuelo, escotado. Siempre lo combinaba con los mismos tacones. Cada vez que desde mi sitio oía el sonido de esos tacones giraba mi vista para ver el movimiento de la tela de ese vestido, su bamboleo, esperando y deseando que apareciera alguna rejilla del metro en el suelo y lo levantara.



No tenía horario en la beca. Podía ir a las horas que quisiera siempre y cuando hiciera X horas al mes. Así que solía entrar a las 10 de la mañana y me quedaba hasta las 19h, aprovechando de 17 a 19 que estaba solo, o casi, para visitar páginas con fotos o relatos eróticos. Ella se quedaba algunas tardes en el despacho. Una tarde vino a mi sitio a buscarme. Llevaba ese vestido amarillo. Se acercó y con el frío se endurecieron sus pezones. No pude evitar mirarlos, deleitarme, pensar en saborearlos.

Su voz me sacó de mi ensimismamiento que no era otro que su hipnótico pezón. Señor Y (donde pone Y debería poner mi apellido) ¿qué está usted mirando? Venga inmediatamente a mi despacho.

Salimos andando hacia su despacho. Entramos, cerró la puerta y me empujó contra el sillón. ¿Qué mirabas gusano? me preguntaba. 'Yo, yo, yo...' Puerta cerrada, ella sentada sobre la mesa. 'Mírame a los ojos gusano, y he dicho a los ojos no a las tetas. ¿Te gusta mirarme verdad? Estás de suerte chaval... estás de suerte de haber dado conmigo. Eres un descarado... pero me gustas, así que he decidido premiarte. Si descubres que tipo de bragas llevo, que con lo que me has mirado hoy seguro que ya lo sabes, te dejo que me comas el coño'. Aún me atreví a replicar 'Pero... si es un premio ¿no debería ser al revés?' Me cruzó la cara de un bofetón y se bajó de la mesa. 'MIra mocoso, solo eres eso, un mocoso, un gusano que babosea al verme, ¿eres virgen verdad? Para tí va a ser un premio que te enseñe a comer coños. Siéntate otra vez en la silla'.

Me senté, mis ojos no perdían de vista sus manos, sus ojos, sus pechos... y esa falda caprichosa que no quería terminar de levantarse. Me llenaba una mezcla de miedo y excitación. Aquello estaba prohibido, y a pesar de ser ella la que me acosaba a mi si me denunciaba por acoso seguro que le creerían a ella. Pero tal vez pudiera tener sexo con ella... Otro bofetón me saco de mi ensimismamiento. Se había sentado de nuevo en la mesa. 'No llevas ropa interior', le dije. 'Muy bien gusano, acerca la silla a la mesa'. Se subió la falda. No llevaba nada e iba totalmente depilada. Se sentó más al borde de la mesa y me cogió del pelo. 'Ahora vas a pasar con cuidado la lengua por mi muslo, así, sube hacia arriba...' Yo, nervioso quise echar las manos para tocarla, quería sentir esa humedad que describían mis amigos, y me llevé una torta más. 'Gusano, no te he dado permiso para tocar, asi que las manos quietas. Jugamos a mi modo... ¿estamos? Así, sube si, sigue subiendo...'

6 comentarios:

Casi Nadie Lo Sabe 6 de octubre de 2008, 18:29  

jajaja sabía que con esta no me preguntarías si era cierta o no XDD

La verdad es que si, que mi jefa vestía asi, y pasaba eso con el aire acondicionado, el resto...

Yure 9 de octubre de 2008, 8:53  

Yo la verdad que tengo muchas fantasías con mi jefe, me da un morbo especial, y eso que no es guapo ni nada, pero tiene un acento francés que me vuelvo loca, me encanta que me convoque a reuniones sólo para oirlo hablar, esto es un secretillo así que no lo cuentes, pero una vez despues de una de esas reuniones me tube que ir al baño y masturbarme... en fin que los jefes dan mucho morbo.

Casi Nadie Lo Sabe 9 de octubre de 2008, 23:42  

Ummm yo te guardo el secreto :D

¿Solo los jefes? Y los profesores y becarios... ¿cómo los ves?

Anónimo,  10 de octubre de 2008, 2:35  

Tengo una nueva compañera que me da un morbo impresionante...Lo tiene tooooooodo bonito. La tengo lejos pera cada vez uqe me paseo por la oficina ...le echo una mirada, es "la tentación que se sienta al fondo" ...

Casi Nadie Lo Sabe 14 de octubre de 2008, 20:58  

J, todos esperamos saber más de tu compañera :-p y sobre todo de como termina esa tentación!!

CioN 18 de octubre de 2008, 2:18  

sabemso que es ficción, pero no pasa nada...

yo también he sido becario y nanai xD

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