Rozando lo prohibido
martes, 27 de enero de 2009
Ella decía que quería regalarme algo. Que yo le había regalado excitación y orgasmos. Pero no podíamos hacer nada, no quería ser infiel a su chico.
Un día me pidió el Messenger y se lo dí. Me dijo que había encontrado una forma. Su novio era muy celoso. Yo no podría tocarla, ni olerla, ni rozarla... pero tal vez podría verla, si él no se enteraba. Y sacó su vena exhibicionista.
Abrí sesión, me saludó. Conectamos la cam, por eso de ver cómo era el otro. Ella estaba con un pijama, ropa de andar por casa. Había quedado con su chico y se iba a arreglar. Pero había leido un relato y estaba aún excitada. Mucho.
Se quito el pijama y, desnuda, escogio con cuidado la ropa q iba a ponerse, y se la puso delante mia, para q lo viera Se la puso lentamente, deleitándose en cada movimiento. Blusa con transparencias, sin sujetador. De frente a mi, una manga, la otra, las manos recorriendo todos los botones lentamente.
De espaldas a mi se agachó intencionadamente para que contemplase sus piernas, su culo, se puso el tanga, negro, diminuto, de hilo, anudado a ambos lados para desatar y quitar rápido, o jugar con él a la hora de quitárselo. Misma operacion para la falda. Corta. Muy corta.
¿Te ha gustado? me preguntó, ya sentada en su silla. A mi sí. Voy a relajarme antes de salir...
Se levantó. Oí decir por el micro algo de que tenía que quitarselo para no mancharlo. Remango la minifalda, poco a poco, jugando, provocando. Se sentó en la silla, aún con los zapatos y los tacones puestos. Separó las piernas, estaba mojada. Mucho.
'Ahora vas a disfrutar del espectáculo...'